PRÁCTICA EN GRUPO: REFLEXIONA SOBRE EL PAPEL DE LA
ESCUELA EN LA FORMACIÓN DE HÁBITOS.
Los hábitos son
cualquier comportamiento repetido regularmente que se aprende. Es decir, cuando
un niño pone algo en práctica una y otra vez de la misma manera, al final acaba
realizándose de manera automática, sin esfuerzo y sin planearlo. Pues bien,
dichos hábitos se adquieren a través de la familia y el/la maestro/a, en la
escuela, ya que se adquieren a través de convenciones sociales.
Los hábitos
sirven para reforzar aprendizajes, desarrollar actitudes, asumir
responsabilidades y/o desarrollar formas de organización. Se pueden clasificar
en varios tipos, por ejemplo existen los hábitos de aseo, que son importantes
para la salud, se adquieren a través de la familia y se refuerzan en la
escuela. Así, también existen hábitos de respeto medioambiental, hábitos de
trato entre personas y hábitos de orden, y todos ellos se pueden tratar de
muchas maneras, como podría ser a través de diversas actividades.
La finalidad de
la creación de hábitos y rutinas es conseguir que la convivencia sea
gratificante y positiva y los niños encuentren la seguridad que necesitan. Para
ello, el docente deberá crear un clima positivo en el aula; consiguiendo
situaciones relajadas y calmadas en la clase, buscando relaciones afectivas y
próximas con el alumnado, utilizando instrucciones positivas y empleando
refuerzos positivos.
Consideramos que
es muy importante la creación de hábitos, pues los niños necesitan seguir una
rutina principalmente para sentirse seguros y tranquilos en el ambiente
escolar. Es por esto que la escuela tiene un papel fundamental en la creación o
refuerzo de dichos hábitos, pues ayudan a que el niño consiga un equilibrio
emocional, fundamental para su educación y la formación de su personalidad.
También servirá para que el alumno pueda llevar un orden, para organizar su
vida mediante horarios o rutinas. La repetición constante de estos hábitos
acabarán formando virtudes.
En nuestra
opinión, un hábito bien adquirido y usado les permitirá hacer frente a los
acontecimientos cotidianos, así como les aportarán un mecanismo importantísimo
de constancia y regularidad y por eso son fundamentales para la vida familiar,
pero sobre todo para la escolar. Por todo esto, el papel de la/el docente
tendrá mucha importancia en este aspecto, pues será la persona que se encargue
de crear y fomentar hábitos positivos, y evitar en la medida de lo posible que
se adquieran hábitos negativos, proporcionando las herramientas y los recursos
necesarios para que el niño pueda adquirirlos.
Os dejo a continuación un fragmento de un programa de televisión donde el neuropedagogo Jaime Kusnier habla sobre la importancia que tiene la formación de los hábitos y aunque habla mas refiriendose a la educación en el hogar, se pueden extrapolar al aula perfectamente todos los consejos que da.
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