Aunque pueda parecer que cuando dormimos no
hacemos nada, o tenemos una actividad nula en el cerebro. Sin embargo, mientras
dormimos el cerebro trabaja para asimilar lo que hemos observado, experimentado
o aprendido. Por ello creo que en estas primeras etapas es muy importante para
el desarrollo de los niños establecer unos hábitos saludables de descanso.
Creo
que es necesario en infantil realizar actividades que estimulen al niño
físicamente, pero también otras que estimulen la imaginación sin necesidad de
movimiento, ni actividad física teniendo siempre en cuenta que se trata de una
etapa de transición llena de variaciones y que debemos de ayudar a los alumnos
a adaptarse lo mejor posible.
En una escuela infantil de primer ciclo ¿qué aspectos
tendrías en cuenta a la hora de la siesta para que niñas y niños pudiesen
descansar con tranquilidad y relajo?
Es fundamental que
se cree una rutina diaria para la siesta de forma que el niño se sienta en un
entorno tranquilo, controlado y seguro. Por ejemplo, podemos empezar poniendo
música o contando cuentos tranquilos antes de dormir para que los niños sepan
que detrás viene la siesta, preparando el ambiente con una luz tenue y
utilizando un tono de voz dulce, suave y cariñoso, posteriormente que los niños
se descalcen y coger algún objeto favorito o querido, si es necesario, para
dormir y posteriormente acomodarse en las hamacas o colchonetas. La docente
siempre deberá controlar el tiempo de descanso que deben tener los niños para
su adecuado desarrollo.
En este vídeo podemos ver unas pautas para la hora de la siesta tanto para la hora de dormir como la de despertar:
En un aula infantil de 3 años ¿qué aspectos tendrías en
cuenta para que el alumnado que quiera pueda dormir la siesta? ¿Qué harías con
quienes no quieren dormir siesta?
Tratándose de un
aula de Educación Infantil de 3 años, deberemos de tener en cuenta que al
tratarse de un periodo de transición, nos encontramos en una situación en la
que habrá algunos alumnos que aun estén acostumbrados a realizar siesta y otros
que paulatinamente hayan eliminado esa costumbre y prescindan de este intervalo
de descanso. Por ello deberemos de ser flexibles en la organización de la
siesta.
- rincones
distribuidos con actividades como cuentos, dibujos, películas proyectadas…, que sean relajantes.
- Cuenta cuentos
donde la maestra cuente historias que sean del interés de sus alumnos.
- talleres de
manualidades en la que la docente colabore y tenga un momento de contacto
directo con sus alumnos y pueda disfrutar con ellos de un momento para ellos.
- juegos libres para
que los alumnos experimenten con su imaginación.
Diseña un taller de relajación para realizar en clase.
Hoy en día, hay
muchos niños que sufren de ansiedad y nervios y creo que es necesaria la
realización de actividades y talleres que puedan enseñar desde pequeños a
relajar nuestro cuerpo y nuestra mente. Para ello propongo un taller de
relajación a través de cuentos de relajación muscular. Son historias que tratan
de relajar la musculatura a través de la técnica de tensión – distensión, técnica que consiste en
contraer un músculo o un grupo de músculos durante unos segundos para luego
aflojar la contracción progresivamente. De esta forma la maestra utilizando
una voz relajada va a ir guiando a los alumnos a través de historias para que
tensen partes de su cuerpo y a continuación la relajen para que así puedan
relajar los músculos de su cuerpo. En este taller los niños se tumbarán en el
suelo (sobre unas colchonetas o esterillas) y escucharán una voz que les irá
diciendo como relajar las diferentes partes del cuerpo: la cabeza, los hombros,
los brazos, las manos, etc.
-Relajación de
MANOS Y BRAZOS: Imagina que tienes un árbol con muchas flores delante de ti.
Estira los brazos para coger una flor muy grande que está en lo alto del árbol.
Apretad los brazos para conseguir llegar más alto y deja caer las flores que
consigas.
-Relajación de
HOMBROS Y CUELLO: Ahora imagina que eres una tortuga. Imagínate que estás
sentado encima de una roca en un apacible y tranquilo estanque relajándote al
calor del sol, te sientes tranquilo y seguro allí. ¡Oh! de repente sientes una
sensación de peligro. ¡Vamos! mete la cabeza en tu concha. Trata de llevar tus
hombros hacia tus orejas, intentando poner tu cabeza metida entre tus hombros,
mantente así, no es fácil ser una tortuga metida en su caparazón. Ahora el
peligro ya pasó, puedes salir de tu caparazón y volver a relajarte a la luz del
cálido sol, relájate y siente el calor del sol. ¡Cuidado! más peligro, rápido
mete la cabeza en tu casa, tienes que tener la cabeza totalmente metida para
poder protegerte, vale ya puedes relajarte, saca la cabeza y deja que tus
hombros se relajen. Fíjate que te sientes mucho mejor cuando estás relajado que
cuando estás tenso.
Posteriormente tumbados trataremos de respirar como
hormigas y como leones. La hormiga es pequeña y respira despacio y lento, pero
en cambio el león que es grande y fuerte necesita respirar rápido y fuerte. Los
niños y niñas aprenderán que la respiración adecuada es la de la hormiga.
Reflexión:
Desde mi punto de vista, creo que en las primeras
etapas aun muchos niños tienen establecidos las rutinas diarias que han estado
haciendo en sus casas y por ello considero importante que se respete el ritmo
del sueño infantil, para poder favorecer su desarrollo ya que mientras están
durmiendo asimilan las experiencias vividas durante el día. Tenemos que tener
muy presente todos los aspectos que he ido mencionando que favorecen el entorno
y el ambiente para que los niños puedan sentirse relajados, tranquilos y
seguros. Sin embargo, hay que tener en cuenta por encima de todo la diversidad
y los ritmos de cada niños, ya que muchos de ellos pierden la costumbre de la
siesta y creo que no se debe de obligar a un niño a dormir siesta si no quiere
en ese momento, ya que si observamos los periodos de sueño en relación a la
edad podemos ver como los niños de 1 a 3 años, periodo de guardería, duermen
entre unas 10 y 13 horas al día, bastantes menos que desde el nacimiento al año
que son alrededor de unas 17 horas lo que duermen, por lo que vemos que la
siesta va disminuyendo en horas. Por otro lado entre los 4 y 5 años los niños
deben de dormir unas 10 horas al día por lo que podemos ver como poco a poco la
siesta irá desapareciendo. Pero, esto es solo a nivel general y siembre
tendiendo a la diversidad tendremos que tener en cuenta que si habrá niños que
duerman por lo que deberemos de intentar abarcar a todos.
Creo que es necesario mantener buenos hábitos de sueño
a través de rutinas y siguiendo los aspectos necesarios mencionados con
anterioridad para garantizar un ambiente tranquilo y relajado para poder restaurar
nuestro organismo después de la actividad llevada a cabo con anterioridad. Creo
que como maestros nuestro deber es siempre garantizar el mejor rendimiento de
los alumnos favoreciendo su desarrollo y deberemos de hacer servir todos los
recursos que tengamos a nuestro alcance para conseguir nuestros propósitos.
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